Por Noelia Ruiz
El Aero Commander 500U perteneciente al escuadrón Fénix fue bautizado AeroCommander T-133 “55 Héroes”, en honor a los caídos de la Fuerza Aérea Argentina en la guerra de Malvinas. El avión pudo visitarse durante una Muestra Anual de trabajos de la Escuela Técnica N º 7 de Quilmes.
La aeronave Aero Commander 500U que formó parte del escuadrón Fénix, una unidad civil clave en distintas misiones durante la guerra de Malvinas de 1982, fue exhibida y puesta en marcha por estudiantes de la Escuela Técnica Nº 7 Taller Regional Quilmes IMPA. El avión fue bautizado Aero Commander T-133 “55 Héroes” en homenaje a los caídos de la Fuerza Aérea Argentina en el conflicto bélico.
La exhibición del avión, restaurado por catorce estudiantes de entre 17 y 18 años que integran el Proyecto Aero Commander, se realizó el 12 y 13 de noviembre en la Muestra Anual de Proyectos y Trabajos Prácticos de esta escuela quilmeña.
En diálogo con AUNO, Lucas Ibarrola, copiloto e integrante proyecto, señaló que vivió ambos días de la exhibición con un “orgullo” y “alegría total”, porque pudieron “completar” el trabajo que se propusieron este año, el último de su paso por la escuela.
“Fue una emoción que nuestros familiares y todo el colegio vean lo que estuvimos trabajando todo el año, porque era la primera vez que lo veían. Era nuestro día para compartir el proyecto con todos”, sostuvo Ibarrola.
Por su parte, Julián Lima, piloto privado de Aeronáutica y egresado de la institución, afirmó que es “muy gratificante” para los chicos que estuvieron trabajando “tanto tiempo” ver que el avión que repararon “puede rodar”.
“La verdad son un grupo de alumnos muy unido. Tienen muchas ganas de seguir aprendiendo y de trabajar. Eso le hace bien a todo el mundo, especialmente a la aeronáutica, porque la aeronáutica necesita de gente con ganas y con fuerza para seguir creciendo”, destacó Lima.
El recorrido del Aero Commander -que tiene espacio para 6 tripulantes, incluyendo piloto y copiloto-, consistió en salir de la plataforma de base e ir en rodaje hacia el sector de aeronáutica. Allí paran, bajan, charlan con los visitantes y dan lugar a fotos y preguntas; a la media hora el recorrido se vuelve a emprender de forma inversa y sucesiva.
Acerca de cuál es la pregunta más recurrente que le hacen, aseguró, entre risas: “La pregunta que más me hacen es si esto puede volar”, y explicó: “No puede volar porque el avión está dado de baja”.
Restaurar una parte de historia
El avión sufrió un accidente [en 2018 se accidentó al momento de aterrizar en la BAM de Mar del Plata] y la Fuerza Aérea decidió darlo de baja, es decir que “está en condiciones para volar, pero no está habilitado por el ente aeronáutico que lo habilita”, puntualizó el piloto.
“El avión es un monumento en vida de los 55 héroes, porque su nombre lo indica y su diseño en la cola tiene a las Islas Malvinas, que siempre estarán ahí”, expresó Ibarrola.
En esa línea, valoró el poder “carretear” la aeronave, ya que no se podría hacer si los motores del avión no estuviesen en “perfecto estado”, y agregó: “Nosotros demostramos que estaban a punto total, y que todos los instrumentos y sistemas estaban acompañando. Con el carreteo demostramos que se culminó el proyecto como queríamos”.
Por último, Ibarrola, que quiere ser piloto de combate de Fuerza Aérea, cerró: “Todos terminamos muy contentos la escuela, sobre todo yo que pude prender un avión que ya no existe. Pude trabajar y prender un pedacito de la historia que la Fuerza Aérea Argentina siempre va a recordar. No tengo palabras para describir lo que se siente en ese momento”.
AUNO-16-11-22
NR-SAM