Noelia Ruiz
El 10 de septiembre de 1984, una pueblada en Puerto Madryn expulsó a los buques de Estados Unidos que pretendían arribar al mismo muelle en que, dos años antes, desembarcaron los soldados de la Guerra de Malvinas.
Se cumplen 40 años de que la comunidad de Puerto Madryn, en Chubut, se autoconvocó para impedir que la flota norteamericana Atlantic South Force arribara en el muelle Almirante Storni, el mismo donde habían desembarcado los soldados de la Guerra de Malvinas el 19 de junio de 1982, conocido popularmente como “El día en que Puerto Madryn se quedó sin pan”.
Era 10 de septiembre de 1984, nacía una nueva democracia bajo la presidencia de Raúl Alfonsin, que ya tenía como política oficial la desmalvinización, a través de un sistema que invisibilizaba y negaba la figura de los excombatientes. También era el aniversario 25º del operativo UNITAS, donde el entonces canciller, Dante Caputo, vio la beta para recomponer las relaciones diplomáticas con el gobierno norteamericano, rotas desde su cooperación con Gran Bretaña en la contienda.
El 10 de octubre de 1984 (Foto Daniel Feldman/Jornada).
Así, otorgó a la Embajada de Estados Unidos el permiso para que los marines se aprovisionaran en nuestro país. Aunque las autoridades quisieron mantener en secreto la noticia, los trabajadores portuarios y los medios locales se hicieron eco de la novedad. Con desconcierto e indignación, el pueblo se había manifestado de forma unánime. “Acá desembarcaron nuestros soldados, en este muelle no”.
“Era una idea muy convocante en ese momento y también entendida como una manera de marcar no sólo la dignidad del pueblo argentino, sino también de defender la soberanía, porque la presencia norteamericana tan livianamente en una post guerra que recién estaba empezando era vivida como un avasallamiento”, remarca Mónica Durán, historiadora y escritora de “El Madrynazo”, en diálogo con “Malvinas 40”.
Una comunidad que se organizó y puso el cuerpo
Si bien la efeméride es recordada por las maderas y elementos que fueron arrojados contra las embarcaciones norteamericanas, así como por los mensajes que contenían las pintadas en repudio -”Fuera traidor” o “Yankees Go Home”-, Mónica destaca “la capacidad de organización” de la comunidad madrynense en 1984.
Cuenta que los vecinos “sostuvieron su posicionamiento” durante varios días, donde “buscaron muchos mecanismos” para que el desembarco no sucediera. Así, crearon una “Comisión Multisectorial Provisoria” a través de la cual redactaron comunicados y gacetillas solicitando que el gobierno local se pronunciara en contra de la decisión política de autorizar su arribo.
También realizaron asambleas para definir los pasos a seguir e intervenciones públicas para visibilizar el reclamo. “Era actuar a contrarreloj”, indica Durán, quien mencionó que la comunidad acudió desde el Concejo Deliberante de esa ciudad chubutense pasando por el Congreso de la Nación hasta el Poder Ejecutivo Nacional.
Los madrynenses impidieron el desembarco de las tropas norteamericanas
(Foto Daniel Feldman/Jornada).
Finalmente, la flota naval Atlantic South Force llegó y su buque emblema, el destructor US Thorn, incluso amarró en el puerto. Frente a ello y ante “la falta de respuesta de una clase política”, la pueblada decidió “salir a la calle y hacer presencia física y real” en una marcha que se llevó adelante un lunes en la zona portuaria “para darle un giro a la historia”. Luego de ahuyentarlos, esa noche los vecinos acamparon por si los buques regresaban al muelle.
“El coraje de desafiar en el ámbito del espacio público esa decisión política de una flota naval de un país extranjero que ya estaba entrando al muelle de la ciudad, y esa convicción de que los marines norteamericanos no iban a poder desembarcar”, enfatizó Mónica Durán sobre la movilización que, con cánticos y carteles, arrasó con la guardia de prefectura.
Aunque desde la cubierta tiraron agua para defenderse, a la embarcación no le quedó más opción que desamarrar del muelle y retroceder en rada junto a los demás buques. La victoria fue celebrada con el canto del himno nacional argentino.
El antecedente que dejó una huella emotiva
Además de la “cuestión vivencial” que tuvo en la Patagonia continental la Guerra de Malvinas, la profesora de Historia e integrante del Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn asegura que el recuerdo del recibimiento a los soldados “actuó como motor” en los protagonistas de la movilización.
“La gente de Puerto Madryn, que en 1982 salió a recibir a los soldados, generacionalmente es la misma gente que en el ‘84 se movilizó durante el Madrynazo”, remitió Mónica.
Desde ese entonces, el muelle Almirante Storni “se había convertido para la comunidad de Madryn en un sitio de memoria”. “Había sido escenario real de un hecho histórico muy importante de nuestra propia historia. Nos lleva de nuevo a 1982 y a las marcas que la guerra deja en una comunidad”, subrayó Durán.
La versión norteamericana desmentida por un incidente en la base de Trelew
A la par del viaje por América Latina, EE.UU. publicó su libro de viajes por el aniversario Nº 25 del operativo UNITAS donde, según Mónica Durán, “omiten todo lo que aconteció” aquel 10 de septiembre de 1984 en Puerto Madryn. Según la bitácora, la flota norteamericana nunca pasó por Argentina ni intentó arribar para abastecerse.
De hecho, y aún pese a la negativa del pueblo, habían podido aprovisionarse en altamar por el gobierno nacional, lo que fue delatado por una noticia que salió publicada en los diarios locales: “‘Marines’, heridos por una explosión en la Base Zar”, decía el título sobre la fuga de gas que provocó el estallido en la Base Almirante Zar de Trelew, a 6 km de Puerto Madryn, donde habían sido alojados -con total hermetismo- unos veinte efectivos de la Armada norteamericana.
“En su libro dicen que los marines norteamericanos habían tenido un accidente de ese estilo en Uruguay, pero todos los diarios de la época remiten a esos acontecimientos como parte de esa estadía accidentada que tuvieron en Puerto Madryn”, aclaró la historiadora.
La historia de una ciudad plasmada en un libro
En 2017, Mónica Durán publicó su libro “El Madrynazo” en conjunto con el Centro de Veteranos de la Guerra de Malvinas de Puerto Madryn. Fue fruto de sus investigaciones académicas que le permitieron recibirse de Profesora de Historia.
A partir de allí, continuó con la divulgación de esta y otras historias tanto en clases como en charlas que mantienen vigente la causa Malvinas. En el cuadragésimo aniversario del hito histórico, lanzó a la venta la segunda edición de su obra bajo el sello editorial de la CTA Autónoma.
Para adquirir el ejemplar podés contactarla en su perfil de Facebook o al siguiente mail monikutopik@gmail.com
“Es un gran reconocimiento a la comunidad de Madryn y a los Veteranos de la Guerra de Malvinas. Para muchos de ellos este hecho también fue entendido, sentido y vivido como uno de los primeros reconocimientos que la gente les daba”, concluyó Mónica Durán.
09-10-2024 NR-MEM