Por Noelia Ruiz
El audiovisual retrata el difícil momento en que un grupo de amigos debe despedirse de su familia para partir, sin saberlo, a las Islas Malvinas. Hablamos con Rocío Finochietto, directora del audiovisual, quien nos cuenta cómo fue el proceso de producción de esta pieza que se viralizó a partir de un tuit.
Usuaria activa de las redes sociales, Rocío Finochietto publicó un posteo en X (antes Twitter) sin saber la repercusión que tendría. “El año pasado me recibí con una tesis que aborda la adolescencia previa a Malvinas, una idea que venía trabajando hacía mucho y que estaba segura de que quería que sea mi último trabajo en la UNLP”, escribió el 16 de mayo a las 2.34 pm.
Se trata de Campo de agua, una pieza de 14 minutos, que le valió la Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). “Un poco fue pensar cómo representar a esas juventudes, cómo contar algo que interpele al público, que cuente una historia importante para nuestro país”, dice Rocío en diálogo con Malvinas 40.
La idea se le presentó gracias a Muchachos, la canción de Fernando Romero coreada durante el Mundial de Qatar de 2022, cuya estrofa reza: “En Argentina nací / Tierra de Diego y Lionel / De los pibes de Malvinas / Que jamás olvidaré”.
Con una escaleta esbozada y la mente fija en lo que quería transmitir, luego siguió con el proceso de armado del guion, tarea que realizó de manera conjunta con una compañera de la facultad y le llevó al alrededor de un año. Dos jornadas de 12 horas de rodaje después dieron por resultado el crudo del corto.
El barrio platense de San Carlos, la casa de su abuelo y el río Punta Lara son las locaciones principales donde se desarrolla la historia. Aunque, como explica Rocío, lejos estaba de su intención el querer representar alguna localidad en específico. “Quería construir un no lugar dentro de la provincia de Buenos Aires, pero con una ciudad que no sea identificable, para remarcar que esto le podría pasar a cualquiera”.
“La gente se olvida que eran personas como nosotros. Cualquiera puede ser víctima de un manotazo de ahogado de una dictadura, que está intentando recuperar un poco de apoyo”, subraya.
Un homenaje y una anécdota familiar
Daniel, Juan, Pedro y Alejandro son los protagonistas de esta historia.Sus nombres no fueron elegidos al azar, sino que guardan una significativa referencia: así se llaman los amigos del papá de Rocío, quienes combatieron en la Guerra de Malvinas, hecho que ella conoció de grande.
“Fue más como un homenaje a ellos. Me pareció como un lindo guiño a ese grupo de amigos de mi papá”, remarca Finochietto, quien cuenta que su padre era de clase ‘63 y se salvó de ir a las Islas por no salir en el sorteo que hacía el Ejército en aquel entonces.
Una de las escenas más impactantes de Campo de agua se desarrolla cuando Alejandro se despide de su abuela Tita desde arriba de una camioneta: “¡Abuela, chau. Te amo, te amo!”. Posteriormente, el muchacho rompe en llanto y es consolado por Pedro. “Cómo me voy a olvidar de saludarla, me fueron a buscar muy temprano”, lamenta el personaje.
Pero en realidad, ese momento es una adaptación de una anécdota familiar que Rocío tiene muy presente en su memoria: “Mi abuela era maestra en una escuela rural en la provincia y sus alumnos la adoraban. El tren que iba para el sur pasaba por el fondo de la casa de ella y, cuando fue efectivamente la Guerra de Malvinas, hubo muchos de ellos que tuvieron que ir porque estaban haciendo la colimba. Cuando pasaban, mi abuela los esperaba en el patio y ellos salían a saludarle, le decían ‘seño, seño’ desde el tren”.
“Además de desgarradora, me pareció que era una escena muy tierna, y que era importante agregarla para mostrar el amor que esos chicos tenían por gente normal como todo el mundo”, comenta.
Alejandro despide a su abuela Tita. (Foto: captura de Campo de agua).
Los que volvieron y ya no están
“El agua es algo bastante crucial en la obra. Es una alusión al horizonte y a las Islas porque están rodeadas de agua. También es una referencia a este campo que, a simple vista, puede no parecer tan profundo como lo es cuando te introducís en el”, explica Rocío sobre el título del corto.
Una de las cosas que más le conmovieron cuando se acercó al Centro de Ex Combatientes de las Islas Malvinas de La Plata (CECIM) fueron la cantidad de suicidios postguerra —que pese a no haber registro oficial, se estima que son mayores a los caídos en Malvinas (649)— por lo que decidió darle un lugar en su audiovisual.
Daniel adulto. (Foto: captura de Campo de agua).
Para eso, utilizó un contraste tanto narrativo como visual entre Daniel adulto y Daniel joven, y un final emotivo, que deja sin palabras. “Si eso puede lograr que a la gente le cause algo, que piense en eso, me parecía como que valía la pena intentarlo”, resalta la directora de Campo de agua, quien considera: “Creo que son héroes y también fueron víctimas de un Estado genocida que los mandaron a una guerra injusta”.
Remalvinizar con el arte
Para referirse a la tarea de abordar la temática de Malvinas, Rocío Finochietto prefiere utilizar el término “Remalvinizar”, como algo que va un poco más allá de “Malvinizar”. “Hablar de Malvinas ahora es ya más un deber, no solo por debérselo a los excombatientes, sino porque es una cuestión abierta por la que tenemos que seguir reclamando por la vía diplomática”, argumenta.
Y completa: “Cualquier arte que hable sobre las deudas con la democracia; con la Memoria, la Verdad y la Justicia me parece importantísimo, y nunca van a ser suficientes los reclamos y las obras al respecto. Creo que hay muchísimas historias para contar ahí que no han sido contadas”.
Estrenado en febrero de 2025, con proyección en el Cine Goumont, los planes para Campo de agua son tener una banda sonora propia —ya que utilizó música sin copyright— y convertirse en película algún día.
Para verlo, ingresá a este link; y si te gustó, no te olvides de darle corazoncito.
3.07.2025
NR